sábado, 17 de noviembre de 2012

Yo me entrego




Hoy le doy vida a la nada, mientras el frio penetra con un puño de lágrimas.
Hoy le doy la mano a la soledad, como el reencuentro de quienes fracasan en su intento de evitar.La calle está seca, la penumbra saluda y el viento nos canta una canción repetida, que ya hace un tiempo intentamos tantas veces olvidar.

Yo voy expectante, ansiosa y con un bulto que aunque volteo no soy capaz de mirar, mientras el cuerpo pesa y me dice que no duele, pero el cuerpo miente, pues no quisiera que mi gran sonrisa se quedara fuera del camino.

Yo voy, yo simplemente voy riendo, ya no sé por qué ni tampoco cómo, pero qué más da una carcajada más y así poder brindar por este cielo, porque aun siento y por el paso que doy sin sentido y sin remitente, pues aún así yo me entrego, con la viva esperanza de que cuando el cuerpo se canse de mentir, tal vez tu frío hielo quiera sostener este cuerpo ya olvidado.

martes, 13 de noviembre de 2012

En el tanto y en las ganas




Tengo tanto que decirte, o quizás nada
Tengo ganas de gritarte, pero puede que se vayan
Tengo tanto que quitarte, o quizás nada
Tengo ganas de olvidarte, pero puede que se vayan

Tengo tanto y tengo ganas de amarrarte en mi todo o en mi nada
Tengo tanto y tengo ganas de mostrarte mis heridas que no sanan
Tengo tanto y tengo ganas de olvidarte en un beso o en mi cama
Tengo tanto y tengo ganas de dejarte en el soplo de estas palabras

Tengo tanto y tengo ganas de que mires mis ojos y así no tener que hacer ni decir nada.

sábado, 22 de septiembre de 2012

El renacer del Todo



Todo se había dado para respirar a bocanadas,beber sin parar para no sentir en ningún momento sed alguna.

Todo o mi Todo estaba ante mis ojos, sin necesidad, porque todo estaba muy dentro, para vivir sin miedo y sentir sin culpa.

Todo brillaba, como si fuera a permanecer así por siempre, añorando su pertenencia viva y constante, mientras yo olvidaba que el Todo también es finito.

Todo, pero todo, sí incluso el Todo siempre necesita reinventarse, dividirse, crear, formar, el Todo, sobre todo, necesita trascender.

Y ahora de él, de a poco y despacio rescato lo mío, eso que solo puede pertenecer a mí , algunas cosas que compartí y que hoy dividido en dos para que a nadie le falte y a mí no me sobre.

lunes, 6 de agosto de 2012

Me voy


Me voy o nos vamos, con trapos o sin trapos, pero me voy...
No me esperes esta noche, porque juro que no llego ni esta ni la de mañana
No me pregunten por qué me voy con las manos vacías, porque están todos ciegos. Que no me lleve esos tantos trapos que compré para parecer otra no significa que no me lleve nada, es mejor que los deje donde mejor se ven… en el closet, total por más que quise ser distinta en el espejo no vi jamás algo nuevo.

Me voy con lo que no me deja, con lo que no abandona, me voy con ello que por más que quise abandonar fue imposible, me voy y si alguien más me quisiera acompañar el camino es de todos y mis manos siempre han querido apretar otras.

Me voy con ellos o sin ellos, contigo o sin ti, pero me voy.

jueves, 26 de julio de 2012

Atardecer


Hace tiempo que saludo al viento por si trae alguna novedad
pero del pasado solo me ha querido hablar
Desde hace unos días comencé a escuchar el murmullo de los arboles
pero desde su altura han predicho todas las vidas menos la mía.

Qué sucede que nadie me quiere decir qué pasará
se avecinan tantos vientos y yo aun no sé de cuál debo pertenecer
presiento que mi sol comienza su atardecer y de la noche yo nada sé
me pregunto si será cierto que en ella no hay cabida para la fe.

Si estos son los últimos rayos que quedan antes de que llegue la oscuridad
Si estos son los últimos momentos bajo mi querido sol
Explícale tú mi sol, a la noche, que me puede dejar sin color, pero no sin su calor
Que me puede dejar sin la belleza de tu luz, pero no sin ese amor, su amor…

lunes, 16 de abril de 2012

Para la sangre que un día me olvidó y al otro me recordó




No se si fue lo que dije o lo que no dije, o si mi presencia se desvaneció tan paulatinamente y bajo un cruel silencio que terminó reduciéndome en la nada. No se que fue, simplemente dejé de existir, suprimida ante infinitos estímulos que reclamaban mi presencia y condenaban mi ausencia. Mientras mi voz, mis manos y el ahogo del sentir se instalaban ante tus ojos, sentenciandome a la ignorancia, al olvido y a la dolorosa indiferencia.
Mi critica no la motiva el resentimiento, mi crítica no es para que te percates de tu prepotencia, ni tampoco de lo cruel de tu sentencia. Mi crítica solo sueña con una mirada, una palabra y tú consciencia hacia mi existencia, para así ser parte de esta historia que nos pertenece y que insistirá siempre en ponernos de frente.

Hay amores que hoy no recuerdo y amigos que forman parte de un pasado remoto, pero cuando se trata de ti, se trata primero de aceptar que la mitad de mí, partió de ti y aunque los siglos pasen, si de recordarme se trata, recordarte será el primer paso.

jueves, 19 de enero de 2012

Dueño de nada

En el fondo del pasillo del 5to piso de un edificio conocí a alguien que no era dueño de nada. Su ropa le pertenecía al circulo social que acostumbraba a visitar, su teléfono le pertenecía a su mujer e hijos que no lo acostumbraban a ver, pero si a pedir. El maletín que colgaba de su brazo era de la empresa a quienes servía, su billetera a los diferentes servicios que pagaba, su miedo a la soledad que lo acechaba, su tristeza a la nada que profesaba. Me pregunto si sería dueño de sus pensamientos o si estos fueron de él algún día y hoy yo le he robado su única pertenencia.

Querido Dueño de nada, cuanto quisiera que ella también te fuera arrebatada.

sábado, 31 de diciembre de 2011

Ella allí y yo tan lejos


Allí estaba ella, con su cabello largo que le golpeaba las mejillas. Yo detrás de una multitud la observaba cauteloso, como queriendo atesorar esos instantes en algún palacio de mi cabeza.
Ella miraba intranquila a un lado y a otro, con un banco en su espalda y sin querer utilizarlo, la incertidumbre la obligaban a estar de pie y a mostrarme a mí y al mundo su belleza. Allí estaba ella, con el miedo a que yo le fallara una vez más a sus fantasías y con años interminables de espera entre sus manos, mientras yo seguía de lejos observándola.
De a poco y cauteloso llegué a su espalda y como no siendo digno de tocarla rocé los dedos con sus hombros y de inmediato dio la vuelta. Una sonrisa, una lagrima en su mejilla y una mía comenzando el mismo trayecto, mientras sus manos reunían sus años de penas con las mías. Sin dudarlo dos veces solté sus manos y di media vuelta, tomando una marcha sin retorno. Mientras daba mis pasos sentí como ella dejó caer de sus manos el tiempo y el dolor, para no cogerlos nunca más. Mientras yo me condené a observarla desde lejos.